Lección 1.4
Inmersión en la Comunidad: La Importancia del Cuerpo de Cristo
Cerramos nuestro primer módulo con una lección esencial. Vimos que fuimos justificados (declarados inocentes) y que tenemos una nueva identidad (somos hijos adoptados). Pero, ¿dónde vivimos esta nueva vida? La respuesta es: en comunidad.
La salvación es personal, sí, pero nunca fue diseñada para ser privada.
El individualismo es una de las mayores trampas del cristianismo moderno. Mucha gente dice: "Yo creo en Dios, pero no en la iglesia". Esta lección desafía radicalmente esa idea.
1. El Concepto de Cuerpo: Pertenencia Vital
La analogía bíblica más poderosa para la iglesia es la de un cuerpo (1 Corintios 12:12-27). Piensen en su cuerpo físico:
Interdependencia: Ningún órgano puede funcionar aislado. ¿Podría su ojo decir: "No necesito al pie"? ¡No! Si el pie se lastima, todo el cuerpo sufre.
Unidad en la Diversidad: Hay manos, ojos, oídos... todos son diferentes, pero tienen un mismo propósito.
Cabeza: La Cabeza del cuerpo es Cristo. Él dirige, y el cuerpo entero obedece.
La analogía de la orquesta: Si cada músico (creyente) toca su instrumento (don) en casa, tiene un sonido bonito y personal. Pero cuando todos se juntan bajo la dirección del conductor (Cristo), crean una sinfonía que transforma el ambiente. La iglesia es esa sinfonía. La inmersión en la comunidad no es una opción; es la manera en que Dios diseñó la vida del creyente para funcionar plenamente.
2. Las Funciones Mutuas: Crecimiento Compartido
¿Qué hacemos dentro de este cuerpo? La iglesia local no es solo un edificio o una reunión dominical; es el lugar donde practicamos el servicio mutuo y la rendición de cuentas.
Comunión y Servicio (Koinonía y Diakonía): La comunión (Koinonía) es compartir la vida, no solo el café después del servicio. La servidumbre (Diakonía) es usar los dones y talentos que Dios les dio (el ministerio) para edificar a otros. Si han descubierto un don, el único lugar bíblico para desarrollarlo es en el contexto de la iglesia local.
Rendición de Cuentas y Corrección: Aquí viene la parte incómoda pero vital. El cuerpo nos provee amorosa y firmemente las correcciones necesarias para la Santificación (el crecimiento que vimos en la Lección 1.3). El Cuerpo nos ayuda a vernos a nosotros mismos como Dios nos ve, y nos saca del aislamiento donde el pecado florece fácilmente.
3. Las Ordenanzas: Testimonios Públicos
La iglesia es la guardiana de los dos actos públicos y comunitarios que Jesús nos mandó practicar:
El Bautismo: Es el testimonio público de su Nuevo Nacimiento (Lección 1.2). Simboliza la muerte a la vieja vida de pecado (ser sumergido en el agua) y la resurrección a la nueva vida en Cristo (salir del agua). Es su declaración ante el mundo: "Pertenezco a Cristo y a Su Cuerpo".
La Cena del Señor (Santa Cena o Comunión): Es la celebración continua de la Expiación de Cristo. Es un acto de recuerdo y anticipación. Recordamos Su sacrificio pasado y anticipamos Su regreso futuro. Es un momento de unidad vital con los demás creyentes.
Ambos actos son sociales y visibles. No tiene sentido bautizarse solo en casa, o tomar la Cena del Señor sin el Cuerpo. Su práctica es un acto de inmersión en la comunidad.
4. El Discípulo y el Llamado: Una Misión Compartida
Finalmente, el propósito del cuerpo es llevar a cabo la Gran Comisión (Mateo 28:19-20).
La analogía del equipo de fútbol: Un equipo no se entrena en el gimnasio solo para verse bien. Se entrena para ganar el juego. La Gran Comisión es el juego. La iglesia es el campo de entrenamiento y el equipo. Todo creyente, desde el recién convertido (ustedes) hasta el pastor, es llamado al ministerio (al servicio).
Ustedes están tomando este curso para ser equipados, no para acumular conocimiento, sino para servir y cumplir la misión de hacer discípulos. Y esa misión se logra juntos, en obediencia a la Cabeza, que es Cristo.
Preguntas de Discusión para el Foro
Menciona una experiencia en el pasado (o un temor actual) que te haya llevado a creer que el cristianismo es un camino solitario. ¿Cómo te ayuda o desafía el concepto bíblico del "Cuerpo de Cristo" a superar esa idea?
La rendición de cuentas es vital para la santificación. ¿Cómo puede la iglesia local ofrecer un ambiente de corrección y desafío que sea, al mismo tiempo, seguro y lleno de gracia?
Si cada creyente tiene un don (una función en el cuerpo), ¿qué acción concreta puedes tomar esta semana para empezar a identificar o usar ese don para edificar a otro miembro de tu iglesia?
